Características a tener en cuenta antes de comprar un lubricante

El objetivo principal de un lubricante es crear una capa protectora entre dos objetos en movimiento para evitar que la fricción las desgaste y por tanto asegurar un óptimo funcionamiento de las piezas en cuestión. Pero existen más claves que ayudan al sistema gracias al uso de ellos, como asegurar una buena refrigeración, limpieza, sellado y evitar la corrosión de las piezas a lo largo del tiempo y uso. 

Para lograr dicho objetivo, los lubricantes poseen numerosas variables a tener en cuenta para averiguar cual de todos ellos es el perfecto en cada caso, por ello, en este artículo mencionaremos aquellas que son imprescindibles a la hora de elegir que lubricante es el mejor para nuestro motor o máquina. 

 

Sobre la viscosidad

La viscosidad es la resistencia de un líquido a fluir y, en el caso de los lubricantes, es una característica esencial a tener en cuenta a la hora de elegirlo. Dependiendo de las características del objeto de aplicación será necesario que la viscosidad ofrezca mayor o menor fluidez en el movimiento y ello hace que sea una variable esencial a la hora de comprar un lubricante.  

Esta variable no es significado de calidad de un lubricante, dado que la calidad viene de la mano del nivel de viscosidad recomendado para dicho motor o máquina. Es decir, que las prestaciones de dicho aceite sean las recomendadas para ese uso concreto.  

Es el fabricante quien establece qué tipo de viscosidad es la más adecuada para los modelos que fabrica, y que están especificados en los manuales de uso de los mismos. Por lo general, se suelen recomendar varios tipos en función de las condiciones del entorno y uso del vehículo o máquina, como por ejemplo las condiciones climáticas.  

Un consejo: mezclar lubricantes con diferentes niveles de viscosidad no es recomendable. Salvo en casos de máxima urgencia, como por ejemplo: cuando los niveles de aceite son muy bajos, en cuyo caso siempre recomendamos usar un lubricante con los mismos niveles de calidad y si es posible que el producto sea del mismo fabricante.

 

SAE

Para poder determinar qué grado de viscosidad es necesaria para un motor, la organización SAE (Sociecty of Automive Engineers) ha establecido una serie de normas aceptadas a nivel internacional basadas en la clasificación de la viscosidad por los diferentes tipos de temperaturas.  

Esta clasificación separa los aceites de motor en dos categorías: baja temperatura y alta temperatura. Esto se ve reflejado con la letra “W” para aceites con propiedades para baja temperatura y otra sin “W” para los que tienen propiedades de alta temperatura.  

Partiendo de esta distinción, la SAE ha establecido también otra norma para clasificar la viscosidad de los aceites en función su variabilidad, es decir, si las propiedades de la viscosidad permiten trabajar en estrecho rango de temperatura o en un amplio rango amplio. 

Dependiendo del comportamiento de la viscosidad pueden clasificarse en:   

• Aceites monogrados: aceites en cuya etiqueta están designados con solo un grado numérico, seguidos de la letra “W” (como SAE 10W) o solamente con un número (SAE 40).  Son aquellos que solo trabajan en una temperatura determinada.  

• Aceites multigrados: aceites en cuya etiqueta tienen asignados dos tipos de grados (como SAE 10W-40). Son aceites que pueden trabajar tanto a baja como a alta temperatura de manera simultánea.

 

API

Otro factor fundamental a la hora de comprar un lubricante, es el indicador de la calidad del aceite. API es la sigla de American Petroleum Institute, un organismo que otorga estándares y normas de calidad para la industria de Oil & Gas. Este indicador se muestra a través de dos siglas:  

1 Indica la aplicación del lubricante: Letra para identificar el tipo del motor al que va destinado el aceite: “S” motores de gasolina y “C” para motores de diesel. 

2 Indica la severidad del servicio que el aceite puede soportar. Dentro de esta categoría existen las siguientes clasificaciones como:  SJ, SL, SM y SN. todas ellas poseen especificaciones de calidad en función de su utilidad (bajas o altas temperaturas, contra la oxidación, desgaste y formación de depósitos entre otros).

 

Lubricantes sintéticos y minerales y su aditivación:

Un lubricante es sintético o mineral en función de cómo se ha obtenido el componente principal del lubricante, es decir, su aceite base. Si el origen del aceite base es del petróleo se denomina mineral y si la obtención es mediante procesos químicos recibe el nombre de sintético.   

La calidad de un aceite no proviene de su aceite base, sino si el lubricante supera todas las pruebas realizadas tanto en los laboratorios como en los motores para los que está diseñado.  Otro factor que determina la calidad del lubricante es su aditivación.

La aditivación de los lubricantes:

Los aditivos en lubricantes son compuestos químicos que se añaden a la “base del aceite” de los lubricantes para mejorar su rendimiento, mejorar sus propiedades y/o añadir nuevas para perfeccionarlo. Existen tres funciones básicas dentro de la aditivación:  

Mejorar las propiedades de aceite añadiendo elementos que combaten la corrosión, desgaste, formación de depósitos … 

Eliminar las propiedades que impiden al aceite su mejor rendimiento 

Añadir elementos que perfeccionan su utilidad y rendimiento cubriendo cada vez más todas las necesidades del motor.

 

Recomendación del fabricante

Es fundamental conocer cuáles son las características más importantes antes de comprar un lubricante para poder determinar cuál es el con exactitud, el producto que necesitamos.  

Sin embargo, es más importante todavía seguir las especificaciones de los fabricantes a la hora de comprar un producto u otro. Estas especificaciones, son todas las normas que los fabricantes establecen para garantizar las mejores prestaciones, es decir, recomendaciones de productos y pautas para garantizar el mayor rendimiento posible, como por ejemplo el grado de viscosidad más adecuado en función del tipo de motor, diseño, condiciones climáticas y servicio que realice dicho motor.