Consejos para recargar el sistema de refrigeración de tu coche

Consejos para recargar el sistema de refrigeración de tu coche
16 julio 2024

El líquido refrigerante, también llamado anticongelante, es fundamental para regular la temperatura del motor del coche, sea para prevenir el sobrecalentamiento o evitar la congelación cuando las temperaturas son extremadamente bajas.  

Por eso, mantener en condiciones óptimas el sistema de refrigeración de tu vehículo es un aspecto esencial para que todo vaya sobre ruedas. Aquí te ofrecemos una guía práctica para el mantenimiento del refrigerante de tu coche. 

Señales de advertencia de bajo nivel de refrigerante 

La mayoría de los modelos de coche tienen algún tipo de indicador (generalmente, una luz) para advertir de fallos en el sistema de refrigeración. En cualquier caso, puede haber otras señales que te indiquen que es necesaria una revisión de este aspecto.  

Por ejemplo, si notas que el aire acondicionado o la calefacción del coche no funcionan como antes, o si la temperatura del motor es demasiado alta, conviene que revises el estado del refrigerante. 

Cómo recargar el refrigerante de tu coche 

Si has identificado alguno de los síntomas mencionados, es momento de revisar el nivel de refrigerante. Si está por debajo del umbral mínimo, o muy próximo a él, es el momento de recargarlo, algo que puedes hacer tú mismo.  

Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano un embudo y un trapo limpios, además de unos guantes para proteger tus manos. Y, por supuesto, un refrigerante o anticongelante adecuado para tu coche, algo para lo que te aconsejamos consultar el manual del fabricante.  

También puedes usar nuestro buscador, donde podrás encontrar el producto que necesitas con solo poner el modelo de tu coche o el número de matrícula. La gama Guard está diseñada para cubrir las necesidades de todo tipo de vehículos gracias a sus altas prestaciones, ofreciéndote una conducción segura. 

Paso 1. Preparación

Para rellenar el líquido refrigerante, es necesario que el coche esté sobre una superficie plana y con el motor frío. Si lo acabas de apagar, conviene que esperes unos minutos, ya que es peligroso hacerlo en caliente, debido a la alta presión del sistema de refrigeración. Después, identifica dónde está el depósito de refrigerante, algo donde volverá a ayudar el manual del fabricante.  

Paso 2. Inspección

Una vez hayas encontrado el depósito, es momento de revisar si el nivel de líquido es bajo. Si está por debajo de la línea marcada como “Min", necesitas agregar refrigerante o anticongelante. Eso sí, aprovecha para revisar visualmente si hay alguna fuga o daño en las mangueras o el radiador. Si todo está en orden, puedes continuar.  

Paso 3. Recarga

Para hacer la recarga, te recomendamos que uses el embudo para verter el refrigerante sobre el depósito, ya que así evitarás derrames que pueden ser perjudiciales. Tendrás que llenarlo hasta la línea marcada como “Max” y, cuando lo hagas, cerrar la tapa correctamente para que no haya escapes.  

Paso 4. Revisión final

Como paso final, es recomendable arrancar el motor y, antes de poner el coche en marcha, dejar que funcione durante varios minutos. Pasado este tiempo, echa un vistazo al nivel de anticongelante o refrigerante, pues quizá haya que añadir más si el nivel ha bajado. 

Es algo que se puede deber a que el líquido haya comenzado a circular por el sistema (en ese caso, solo tendrás que recargarlo siguiendo los pasos anteriores), pero también a fugas, por lo que es crucial que te asegures de si hay un problema antes de volver a circular. 

La clave: el mantenimiento regular 

Como siempre ocurre en el mundo del motor, la mejor medida para evitar quebraderos de cabeza es la prevención. En este sentido, una buena práctica es realizar revisiones periódicas del nivel de anticongelante o refrigerante o cuando vayas a hacer un viaje largo. También es más que recomendable que sigas las instrucciones del fabricante, ya que en el manual indica cuándo debes reemplazar completamente el líquido. 

Siguiendo estos consejos, podrás mantener tu sistema de refrigeración en condiciones óptimas, prevenir problemas graves y asegurarte de que tu vehículo esté siempre listo para la carretera. Recuerda que un sistema de refrigeración bien mantenido es clave para la salud general del motor y, por tanto, para prolongar la vida útil del motor