Aceite de horquillas para terrenos extremos: cómo asegurar estabilidad y rendimiento
La suspensión delantera es el primer filtro entre el terreno y tus manos. En pistas de tierra, trialeras de roca o recepciones de salto, el aceite de horquillas trabaja en silencio para transformar impactos en control y vibraciones en precisión. Por eso, saber cómo elegir el aceite de horquilla para tu moto y mantenerlo en forma es la diferencia entre pilotar leyendo el terreno o peleando con él.
El aceite de horquillas regula la amortiguación, controla la formación de espuma y protege los componentes internos. En uso extremo, además, debe mantener su comportamiento ante las altas temperaturas que puede alcanzar o el uso prolongado.
Cuando la fórmula resiste a la aireación y la cizalla, la horquilla conserva su tacto. El resultado es un mayor control, menos sorpresas y una moto que responde como si acabaras de cambiar el aceite, aunque acumule ya varias horas de uso.
Para elegir el aceite de horquilla correctamente, lo primordial siempre es consultar el manual del fabricante, donde se indican las características que debe tener el lubricante para cada modelo.
Ahí encontrarás el grado de viscosidad SAE adecuado para tu horquilla. Un índice de viscosidad adecuado supone que el aceite mantiene su tacto tanto en el frío de la montaña como en el calor de valle o del desierto. En la práctica, eso se traduce en una mayor previsibilidad en tus reglajes y menor necesidad de perseguir el ajuste durante la jornada.
Las bases y los aditivos también marcan la diferencia en las sensaciones de pilotaje. Así, los aceites sintéticos suelen ofrecer mejor control antiespuma y mayor estabilidad frente a la cizalla, muy útil en impactos repetidos como los del motocross o en secciones técnicas prolongadas como las de enduro o trial. Además, es recomendable que se incluyan aditivos antidesgaste y sean compatibles con sellos y metales para prevenir hinchamientos de juntas, fugas y corrosión dentro de la horquilla.
Por supuesto, también es crucial ajustar la elección del aceite de horquilla al uso real que vayas a darle a tu moto.
Adventure/dual sport con carga: opta por viscosidad media y gran estabilidad térmica; viajes largos y cambios de clima castigan el aceite si no conserva su comportamiento.
El aceite de horquilla se degrada con el tiempo por aireación, contaminación o cizalla de los aditivos, por lo que debes seguir las instrucciones del fabricante y respetar los intervalos de cambio indicados.
Por norma general, en off-road intensivo se recomienda revisar el estado del aceite una vez hayan pasado entre 20 y 40 horas de uso. En uso mixto entre calle y campo, un cambio anual suele mantener la consistencia. En carretera, los intervalos pueden alargarse entre 18 y 24 meses, siempre ajustando a lo que indique el fabricante de tu moto.
De todos modos, tu moto te manda avisos cuando el aceite no da para más. Por ejemplo, si notas que la horquilla se hunde más de lo normal al frenar, hace tope con facilidad, rebota seca al extenderse, vibra en terreno roto (chatter) o pierde sensibilidad en baches pequeños, es probable que el aceite esté espumado o degradado. El color muy oscuro y el olor fuerte también son pistas claras de que es hora de estrenar lubricante.
En Repsol Lubricants sabemos que el mejor banco de pruebas es la competición. Es la razón por la que, desde hace décadas, nuestras fórmulas nacen en el Repsol TechLab, centro de innovación y tecnología del ámbito de la energía puntero en España, y se validan en las condiciones más exigentes del mundo del motor.
El trial es un ejemplo perfecto. Desde hace ya casi 20 años, Repsol Lubricants ha estado trabajando con el equipo Repsol Honda HRC de trial y con Toni Bou, que este año ha conseguido su 38º título mundial en esta disciplina. Un piloto que ya es todo un icono del deporte de motor y que encarna el control absoluto, la lectura perfecta del terreno y una estabilidad que no titubea.
Y es que cuando el terreno se vuelve extremo, el aceite de horquillas adecuado convierte la complejidad en control. La ciencia lo respalda y la pista lo confirma, pero tú lo sientes en tus manos y lo conviertes en kilómetros de confianza.