Aceites térmicos: qué son, cómo funcionan y cómo elegir el adecuado para tu instalación

Elisabeth Márquez

En muchos procesos industriales, el calor es tan esencial como la electricidad o el agua. Sectores como la alimentación, el plástico, el secado de materiales o la energía solar necesitan transportar calor de forma segura, eficiente y controlada. Para ello, los aceites térmicos —también llamados fluidos de transferencia térmica— son una solución fiable y versátil.  

¿Qué es un aceite térmico y por qué es tan importante?

Un aceite térmico es un fluido formulado para absorber calor en una fuente (como un horno, resistencias eléctricas o un campo solar) y transferirlo en otro punto del sistema, normalmente a través de un intercambiador de calor. A diferencia del calentamiento directo, este método ofrece ventajas clave: 

  • Distribución uniforme del calor, evitando puntos calientes que puedan dañar el producto o el equipo. 
  • Mayor seguridad, ya que la fuente de calor se mantiene alejada del punto de aplicación. 
  • Control preciso de la temperatura, lo que mejora la calidad del producto final y la eficiencia energética. 

En un circuito típico, el aceite se calienta, circula por tuberías hasta el punto de uso, transfiere su energía y regresa al calentador para repetir el ciclo. Todo ello ocurre en un sistema cerrado y presurizado, que minimiza el contacto con el oxígeno y prolonga la vida útil del fluido. 

Características generales de los aceites térmicos

La eficiencia y la durabilidad de un aceite térmico dependen directamente de sus propiedades físico-químicas. Un buen fluido de transferencia térmica debe cumplir con una serie de requisitos técnicos que garanticen un rendimiento óptimo y seguro durante toda su vida útil: 

  • Alta capacidad calorífica y buena conductividad térmica. 
  • Baja viscosidad, que facilita el flujo del aceite, mejora el intercambio térmico y reduce el consumo energético.  
  • Buen comportamiento a bajas temperaturas, para arranques en frío.  
  • Estabilidad térmica, para evitar su degradación a altas temperaturas.  
  • Compatibilidad química, sin reacciones indeseadas con otros fluidos.  
  • No corrosivo, para proteger los componentes del sistema. 
  • Baja peligrosidad en caso de degradación, cuidando la seguridad de la planta y el medio ambiente. 

Causas de degradación de un aceite térmico

Con el tiempo, incluso los mejores aceites acaban perdiendo algunas de sus propiedades. Las causas más comunes son: 

  • Temperaturas excesivas, que provocan craqueo térmico.  
  • Oxidación: la entrada de oxígeno o agua en el circuito genera lodos, ácidos y corrosión. 
  • Contaminación: la presencia de otros fluidos o partículas altera las propiedades del aceite y acelera su deterioro. 

Por estas razones, la elección de un aceite de calidad y un mantenimiento adecuado son esenciales para prolongar su vida útil. 

Gama Repsol Maker Heat Transfer: soluciones para cada necesidad

En Repsol Lubricantes sabemos que no existe un único aceite térmico que sirva para todo. Cada instalación tiene sus particularidades: temperatura de trabajo, tipo de circuito, condiciones ambientales, frecuencia de operación… Por eso, hemos desarrollado la gama Maker Heat Transfer, que cubre desde aplicaciones más sencillas hasta procesos industriales de alta exigencia. 

Maker Heliotermo: la solución para aplicaciones moderadas

El Maker Heliotermo es un aceite térmico mineral para aplicaciones moderada (hasta 250 °C), por lo que es ideal para sistemas como radiadores eléctricos y equipos de calefacción por aceite, donde se busca un fluido fiable, estable y con buena resistencia a la oxidación. Su formulación garantiza una transferencia de calor uniforme y segura, evitando la formación de depósitos. 

Maker Térmico: rendimiento robusto en entornos industriales

Cuando la instalación requiere trabajar a temperaturas más elevadas, el Maker Térmico es la opción adecuada. También de base mineral, pero con un refinado superior y aditivos específicos, este aceite está diseñado para circuitos cerrados con circulación forzada, alcanzando hasta 300 °C de temperatura media de operación y picos de 315 °C en la película de aceite. Es una solución muy utilizada en procesos industriales continuos, donde la estabilidad térmica y la resistencia a la degradación son críticas. 

Maker Térmico Synth: máxima estabilidad y rendimiento en condiciones extremas

Para entornos donde las temperaturas son extremas, el Maker Térmico Synth ofrece ventajas únicas. Formulado con bases sintéticas, soporta hasta 315 °C de temperatura media y 330 °C en película, con un punto de congelación extremadamente bajo (-66 °C), lo que lo hace perfecto para instalaciones en climas fríos o procesos que requieren arranques a baja temperatura.  

Elegir bien es ahorrar y proteger tu instalación

La elección entre un aceite térmico mineral o sintético es algo que depende de las condiciones de trabajo. Así, si tu sistema opera a temperaturas moderadas y en entornos controlados, un aceite mineral de calidad como Maker Heliotermo o Maker Térmico puede ofrecer un rendimiento excelente y una buena relación coste-beneficio. En cambio, si trabaja en condiciones extremas, con temperaturas muy altas o climas fríos, un aceite sintético como Maker Térmico Synth proporciona mayor estabilidad, mejor fluidez y una vida útil más prolongada. 

Así, elegir el producto adecuado puede marcar la diferencia entre un proceso eficiente y seguro, o uno con paradas, costes extra y riesgos innecesarios. Si necesitas ayuda para saber cuál es el aceite térmico ideal para tu instalación, recuerda que puedes contactar con nuestro equipo de expertos a través de este enlace