El ciclo de vida de los lubricantes: así se calcula la huella de carbono
En un contexto global marcado por la necesidad de reducir las emisiones, el cálculo de la huella de carbono se ha convertido en una herramienta clave para medir el impacto ambiental de productos y procesos. En el caso de los lubricantes, este análisis es fundamental para identificar áreas de mejora y avanzar hacia una producción con menores emisiones.
En este artículo, exploraremos qué es la huella de carbono, cómo se calcula a lo largo del ciclo de vida de los lubricantes y el papel de la certificación en garantizar la transparencia y rigurosidad de estos cálculos.
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es un indicador que mide la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por una actividad, producto o servicio y se expresa en toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO₂e). El presente artículo se centra en la huella de carbono de producto que permite evaluar las emisiones durante todo el ciclo de vida de un producto, desde la extracción de las materias primas empleadas para su fabricación, hasta su uso o disposición final. Si quieres ampliar información, consulta el siguiente enlace.
Este concepto es esencial para comprender cómo nuestras acciones contribuyen al cambio climático y para identificar áreas donde podemos reducir emisiones. En el caso de los lubricantes, calcular su huella de carbono implica analizar todas las etapas de su ciclo de vida, considerando tanto las emisiones directas (aquellas liberadas de fuentes que son propiedad de o están controladas por la empresa) como las indirectas (aquellas que son consecuencia de las actividades de la empresa, pero que ocurren en fuentes que son propiedad de o están controladas por otra organización).
Las etapas del ciclo de vida del lubricante
El ciclo de vida de un lubricante sigue un enfoque conocido como "de cuna a tumba", que abarca desde la extracción de materias primas hasta la disposición final del producto. Este análisis incluye las siguientes etapas:
Para realizar este análisis, se tienen en cuenta tres alcances de las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor del producto:
En este sentido, Repsol Lubricantes ha desarrollado una calculadora específica, llamada Arrhenius, para evaluar con precisión la huella de carbono de sus productos. Esta herramienta, basada en un detallado Análisis de Ciclo de Vida (ACV), permite identificar los puntos críticos donde centrar los esfuerzos para reducir emisiones y avanzar hacia la descarbonización.
Repsol certifica la validación de la huella de carbono
Por cuarto año consecutivo, Repsol Lubricantes ha obtenido la verificación del cálculo de la huella de carbono para su gama Master según la norma internacional ISO 14067:2018. Esta certificación, auditada por Lloyd's Register Quality Assurance (LRQA), avala la rigurosidad y precisión de los cálculos realizados por la compañía.
El proceso de certificación se basa, precisamente, en la utilización de la calculadora Arrhenius. Esta herramienta digital permite automatizar y perfeccionar los cálculos de huella de carbono, incorporando datos actualizados y adaptándose a los cambios del entorno. Desde el inicio del proyecto en 2021, con la primera verificación en 2022, Repsol Lubricantes ha ampliado el alcance de su análisis, incluyendo nuevos productos y referencias cada año.
Verónica Romero Ozamiz, gestora de Asistencia Técnica y Desarrollo (ATD) de Repsol Lubricantes, destaca la importancia de contar con procesos sólidos y transparentes para avanzar hacia un futuro más descarbonizado. “La auditoría de la huella de carbono de nuestros lubricantes valida la precisión de nuestros cálculos y la robustez de nuestra metodología, fortaleciendo nuestro compromiso con la sostenibilidad y nuestra capacidad de mejora y adaptación al cambio”, explica. El rigor de estas metodologías y la validación externa garantizan que los avances en la reducción de emisiones son reales y medibles.