“En Repsol Lubricantes somos protagonistas del cambio hacia un sector más diverso”
Elena Guerrero se incorporó a Repsol Lubricantes en septiembre de 2019 como gestora comercial de clientes industriales. En aquel momento, no imaginaba que sus primeros años estarían marcados por acontecimientos que pondrían a prueba su capacidad de adaptación: pandemia, conflictos internacionales, crisis de suministro… “Han sido años complicados, pero sin duda un camino de aprendizaje muy interesante”, recuerda. A pesar de las circunstancias, destaca que ha contado con “muy buenos líderes y compañeros maravillosos, tanto en lubricantes España como en áreas transversales”, algo que considera esencial para crecer profesional y personalmente.
Trabajar en un sector históricamente masculino no ha sido un obstáculo para ella dentro de la compañía. “Cuando entré, tanto mi responsable como mis compañeros eran hombres y bastante más mayores, y aun así no me pude sentir más arropada”, explica. Reconoce que en el trato con algunos clientes ha habido momentos menos cómodos, aunque cada vez son menos frecuentes. Para Elena, el hecho de que en Repsol Lubricantes haya “muchas mujeres, incluyendo varios puestos de liderazgo” es una señal clara de que “somos protagonistas de ese cambio” hacia una mayor diversidad.
Su labor combina la gestión de cuentas de clientes industriales en todo el territorio nacional con el apoyo al desarrollo del mercado en otros países. Para desempeñarla con éxito, considera fundamentales la comunicación, la empatía, la transparencia, la constancia y, sobre todo, la capacidad resolutiva. “Mantener la calma y la templanza en momentos de tensión es clave, aunque resulte complicado”, admite.
Entre los proyectos que más satisfacción le han dado, destaca el trabajo conjunto con el departamento de Asistencia Técnica y Desarrollo (ATD) para introducir un aceite parafínico inhibido en transformadores de potencia. “Después de mucho esfuerzo conseguimos abrir un mercado interesante. Es bonito ver que puedes competir con grandes actores”, celebra.
En un mercado tan competitivo como el de los lubricantes, Elena cree que la relación con el cliente y la excelencia en el servicio son factores diferenciales, especialmente en España, donde Repsol es una marca muy reconocida. Además, identifica la sostenibilidad como la gran tendencia de futuro: “Estamos dando un empujón a todo el tema de bases bio, productos con baja huella de carbono y nuevas energías”.
Repsol ya trabaja en el desarrollo de lubricantes de base bio aunque, remarca Elena, es necesario seguir destinando recursos y reforzar aspectos como las homologaciones, la capacidad de producción, la logística y las colaboraciones estratégicas. Así, indica que sectores como el de los aceites dieléctricos, hidráulicos y de turbinas tienen un gran potencial para adoptar estas soluciones, especialmente si los precios se vuelven más competitivos. “La mayoría de los clientes están contentos a pesar del aumento de precio, porque les permite declarar sus centrales o transformadores como más sostenibles”, explica.
Mirando al futuro, Elena se muestra optimista: “Cada vez estamos más comprometidos con un entorno sostenible y con un lubricante que colabore con nuestro objetivo como compañía de cero emisiones netas en 2050”. Una meta ambiciosa que, para ella, combina innovación, compromiso y trabajo en equipo.