Olivier Lete, distribuidor y piloto: un ejemplo de vivir el rendimiento dentro y fuera de la pista

Repsol Lubricants

A los siete años, Olivier Lete se subió a una PW50 y descubrió unas sensaciones que le marcarían para siempre. “La adrenalina y la libertad me cautivaron”, recuerda el gabonés. Después, su padre le llevó por primera vez a un circuito: “Sin él, probablemente no me habría convertido en piloto”.

Aquellos fueron los cimientos y, tras mucho trabajo y disciplina, Lete ha conseguido alzarse con el campeonato de motocross de Gabón (2016) y competir Marruecos, Francia, Bulgaria o Madagascar. Hoy, además, es distribuidor de Repsol Lubricants en su país: desde Diesel Gabón, traduce lo aprendido en la pista a un asesoramiento que protege motores y trayectos.

De la pista al taller

Cuando Lete habla de lubricantes, lo hace desde la experiencia directa en una disciplina en el que el terreno y el clima marcan la diferencia. “En Marruecos, el calor y la arena exigen una conducción más fluida. En Europa, los terrenos son más técnicos y fríos. En Gabón y Madagascar, la humedad influye mucho en el motor”, relata Lete.

Sea como sea, el piloto gabonés le pide tres cosas a un aceite: protección, estabilidad térmica y rendimiento. “Si un lubricante no protege bien en altas temperaturas, el motor se desgasta más rápido, pierde rendimiento y consume más”, explica antes de poner un ejemplo de su día a día: “A los clientes les explico que un buen lubricante es el que garantiza la vida útil de su motor. Por ejemplo, los lubricantes de Repsol resisten mejor las temperaturas extremas, protegiendo el vehículo incluso en las condiciones más exigentes”.

En cualquier caso, el parque de motos en Gabón es reducido, ya que allí predominan los coches y los camiones. “El consumidor local busca fiabilidad, productos que aguanten el calor y la humedad y una buena relación calidad precio”, enumera Lete, que pone de relieve el papel de Repsol Lubricants. “Su experiencia en competición se refleja claramente en sus productos”, subraya.

Además, a la hora de trabajar con la marca no solo valora la calidad y fiabilidad, sino también el acompañamiento en soporte técnico. “Si tuviera que aconsejar a quien empieza a distribuir, le recomendaría Repsol Lubricants al 200%”, apunta.

De cara al futuro, Lete se seguirá dividiendo entre el casco y el taller. “Voy a hacer entrenamiento intensivo todo el año, porque quiero volver al rally aún más fuerte”, dice. En paralelo, seguirá acompañando a sus clientes con formación y asesoramiento para reforzar la presencia de Repsol en Gabón. Es la misma lógica aplicada a los dos escenarios: trabajo constante, evidencia y cercanía.

Al final, Lete define “vivir el rendimiento” como una práctica cotidiana. “Significa superarme cada día, tanto como piloto como en mi trabajo”. Es ahí donde conviven la ciencia que cuida el corazón del motor y el conocimiento que aporta tranquilidad, sea en la pista o en el taller.